quinta-feira, 7 de janeiro de 2010

La ignorancia (Kundera, 2000)

Um dia, padecendo de saudade em Madrid, Madeleine, uma boa amiga paraguaia, fez-me chegar algumas especulações sobre como algumas línguas européias verbalizam esse sentimento. Eis que chegamos ao livro "La ignorancia", de Kundera (2000), do qual apresento a excelente resenha feita pela amiga meio-conterrânea. Deixo também o endereço do blog de Made: http://melancoholia.wordpress.com/

El eje central de esta breve novela es la nostalgia, pero no cualquier nostalgia sino la de aquella que siente el que se ve forzado a emigrar por razones políticas u otras. La nostalgia por los años que han pasado y la confrontación del periodo vivido fuera con el periodo de la vida de las personas que han quedado en la patria. Confrontación de lo que es, lo que fue y lo que pudiese haber sido en otras circunstancias.Dentro de la reflexión filosófica acostumbrada en los libros que he leído de Kundera, la comparación de esa añoranza de los personajes con la nostalgia de Ulises y su retorno a casa, así como el análisis lingüístico del término en varios idiomas es lo que más me ha cautivado de este librito mucho muy recomendable.Sinopsis del la edicion:
Una mujer y un hombre se encuentran por casualidad durante su viaje de regreso al pais natal del que emigraron hace veinte anos. ¿Podran reemprender una extraña historia de amor, apenas iniciada entonces en su tierra? El caso es que, tras tan larga ausencia, sus recuerdos no se parecen. Porque nuestra memoria, la pobre, ¿que puede hacer? ¿Solo es capaz de retener del pasado una miserable pequena parcela sin que nadie sepa por que precisamente esa y no otra? Vivimos sumidos en un inmenso olvido, y no queremos saberlo. Solo aquellos que, como Ulises, vuelven despues de veinte anos a su Ctaca natal pueden ver de cerca, atonitos y deslumbrados, a la diosa de la ignorancia.

Recortes:

[…]En griego, «regreso» se dice nostos. Algos significa «sufrimiento». La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. La mayoría de los europeos puede emplear para esta noción fundamental una palabra de origen griego (nostalgia) y, además, otras palabras con raíces en la lengua nacional: en español decimos «añoranza»; en portugués, saudade. En cada lengua estas palabras poseen un matiz semántico distinto. Con frecuencia tan sólo significan la tristeza causada por la imposibilidad de regresar a la propia tierra. Morriña del terruño. Morriña del hogar. En inglés sería homesickness, o en alemán Heimweh, o en holandés heimwee. Pero es una reducción espacial de esta gran noción. El islandés, una de las lenguas europeas más antiguas, distingue claramente dos términos: söknudur: nostalgia en su sentido general; y heimfra: morriña del terruño. Los checos, al lado de la palabra «nostalgia» tomada del griego, tienen para la misma función su propio sustantivo: stesk, y su propio verbo; una de las frases de amor checas más conmovedoras es styska se mi po tobe: «te añoro; ya no puedo soportar el dolor de tu ausencia». En español, «añoranza» proviene del verbo «añorar», que proviene a su vez del catalán enyorar, derivado del verbo latino ignorare (ignorar, no saber de algo). A la luz de esta etimología, la nostalgia se nos revela como el dolor de la ignorancia. Estás lejos, y no sé qué es de ti. Mi país queda lejos, y no sé qué ocurre en él. Algunas lenguas tienen alguna dificultad con la añoranza: los franceses sólo pueden expresarla mediante la palabra de origen griego (nostalgia) y no tienen verbo: pueden decir: je m’ennuie de toi (equivalente a «te echo de menos» o «en falta»), pero esta expresión es endeble, fría, en todo caso demasiado leve para un sentimiento tan grave. Los alemanes emplean pocas veces la palabra «nostalgia» en su forma griega y prefieren decir Sehnsucht: deseo de lo que está ausente; pero Sehnsucht puede aludir tanto a lo que fue como a lo que nunca ha sido (una nueva aventura), por lo que no implica necesariamente la idea de un nostos; para incluir en la Sehnsucht la obsesión del regreso, habría que añadir un complemento: Sehnsucht nach der Vergangenheit, nach der verlorenen Kindheit, o nach der resten Liebe (deseo del pasado, de la infancia perdida o del primer amor). […]
[…] Cuanto mayor es el tiempo que hemos dejado atrás, más irresistible es la voz que nos incita al regreso. Esta sentencia parece un lugar común, sin embargo es falsa. El ser humano envejece, el final se acerca, cada instante pasa a ser siempre más apreciado y ya no queda tiempo que perder con recuerdos. Hay que comprender la paradoja matemática de la nostalgia: ésta se manifiesta con más fuerza en la primera juventud, cuando el volumen de la vida pasada es todavía insignificante. […]
[…] Tampoco la memoria es comprensible sin un acercamiento matemático. El dato fundamental radica en la relación numérica entre el tiempo de la vida vivida y el tiempo de la vida almacenada en la memoria. Nunca hemos intentado calcular esta relación y, por otra parte, no disponemos de ningún medio técnico para hacerlo; no obstante, sin grandes riesgos de equivocarme, puedo suponer que la memoria no conserva sino una millonésima, una milmillonésima, o sea una parcela muy ínfima, de la vida vivida. Esto también forma parte de la esencia misma del hombre. Si alguien pudiera conservar en su memoria todo lo que ha vivido, si pudiera evocar cuando quisiera cualquier fragmento de su pasado, no tendría nada que ver con un ser humano: ni sus amores, ni sus amistades, ni sus odios, ni su facultad de perdonar o de vengarse se parecerían a los nuestros. […]

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